San Roque, un santo para tiempos de pandemia

San Roque de LlanesSan Roque es posiblemente el santo más venerado en Asturias, junto a Santa Olaya. Además, en estos tiempos de la gran pandemia del coronavirus vamos a recordar su figura y su importancia en Asturias.

San Roque perteneció a una familia acomodada de Montpellier. A los 20 años quedó huérfano y fue entonces cuando decidió vender todas sus posesiones, repartir el dinero entre los pobres y hacer una peregrinación a Roma con la intención de visitar los santuarios. Estando en Piacenza, trabajando en uno de los hospitales, el santo contrajo la peste. Como no quiso ser una carga para ningún hospital, decidió trasladarse a las afueras de la ciudad, instalándose en una caverna. Durante varios días un perro lo alimentó con pan que sacaba de la despensa de su amo, hasta que dicho amo acabó por descubrir a San Roque, brindándole cuidados y atención.

Cuando recobró las fuerzas, el santo volvió a la ciudad donde curó milagrosamente a muchas personas y numerosas cabezas de ganado. Retornó a Montepellier donde su tío no lo reconoció y lo dejó en el abandono. San Roque fue arrestado, probablemente porque fue confundido erróneamente por un espía, permaneciendo en la cárcel por cinco años donde finalmente falleció.

Su devoción se extendió rápidamente a partir del siglo XV. Su intervención era solicitada por los habitantes de muchos pueblos pues según la veneración popular este santo protege contra toda clase de calamidades, especialmente de la peste, el cólera, las plagas y enfermedades contagiosas en general.

También protege a presos, enfermos, hospitales, hospicios, médicos, cirujanos, farmacéuticos y sepultureros por haberse dedicado a dar sepultura a los contagiados por la peste, así como a peregrinos, agricultores, jardineros, vinateros, camineros, carpinteros, fabricantes de fuegos artificiales, marinos y carreteros.

Oración a San Roque

Preciosísimo confesor de Cristo, glorioso San Roque, otro David de la ley de gracia por la mansedumbre y rectitud de corazón; nuevo Tobías en el tiernísimo afecto para con los pobres y por la constancia en ejercer las obras de misericordia; cual otro Job, prodigio estupendo de paciencia y fortaleza en los dolores y trabajos con que el Cielo te probó: ¡Cuánto me alegro que en este mundo orgulloso, sensual y ambicioso, aparezcas tú tan pobre, humilde y mortificado, distribuyendo a los pobres tu opulentísimo patrimonio, y mendigando el pan hasta Roma en traje de peregrino! Y como si nada fueran ni las llagas y dolores, ni el hambre que te aqueja, ni el abandono en que te ves, hasta no tener a veces más recurso ni amparo que el pan que te envía el cielo por medio de un prodigioso perro; como si nada fuera aún el verte encerrado en un horrible calabozo cinco años enteros por tu mismo tío, que, sin conocerte, te trata de espía; te entregas generoso a los rigores de la más asombrosa penitencia.
¡Oh, cuánto condena esta tu vida penitente, pobre y humilde, el orgullo, la ambición y sensualidad de la mía! No extraño seas tú visitado con indecibles favores y gracias celestiales, al paso que yo soy castigado por la divina Justicia, con razón irritada por los vicios y pecados míos. Pero aplácala, dulce Patrón y abogado contra la peste. Tú que libraste a Roma, Plasencia y tantas otras ciudades de este azote devastador, libradme también a mí y libra de él a esta tu ciudad que pone en ti toda su confianza. Cúmplase en nosotros la dulce promesa que el Cielo dejó escrita en aquella misteriosa tabla que apareció sobre tu glorioso cadáver: Los que tocados por la peste, invocaren a mi siervo Roque, se librarán por su intercesión de esta cruel enfermedad.

San Roque en Asturias

En Asturias, la devoción a San Roque fue difundida especialmente por los peregrinos que hacían el camino de Santiago. Además, por ser la nuestra, una tierra enclavada en la ruta jacobea, no es de extrañar que el culto se extendiera por todos los rincones de la geografía astur. Infinidad de parroquias están puestas bajo su advocación. No hay concejo que no cuente con una ermita, una capilla dedicada al santo, no hay iglesia, especialmente las más antiguas que no cuente con la figura de San Roque entre su iconografía sagrada. Recordemos que viste de peregrino, bastón con calabaza, sombrero, esclavina con concha y casi siempre le acompaña el perro que lleva el pan en la boca.

Asimismo, el culto a san Roque dejó también su huella en la toponimia de nuestra región como el San Roque del Acebal en Llanes, San Roque en Langreo, San Roque en Cabrales, en Tazones, en Oviedo, en Cudillero, en Siero…. Lo que da idea de lo profundamente arraigada que siempre estuvo la fe en ese santo en toda la provincia.

Este culto dio lugar a manifestaciones festivas y folclóricas de lo más variado. Sería muy largo de enumerar todas las fiestas que celebran en su honor el 16 de agosto a lo largo y ancho de nuestra tierra, convirtiéndose, San Roque, en la gran romería de Asturias.

San Roque en Llanes y San Roque en Tineo son declaradas fiestas de interés turístico.

Fiestas de San Roque en Llanes, la gran sinfonía de Siemprevivas

El grito de ¡Viva San Roque y el Perru! es inconfundible e identificativo de que las fiestas de San Roque en Llanes han comenzado y que llegan para quedarse con distintos actos a lo largo del mes de agosto, si bien el Día Grande es el 16 de este mes. La Siempreviva es el distintivo del Bando de San Roque desde finales del siglo XIX y sigue inundando de aroma y fiesta la villa llanisca durante estas fiestas.

La Danza peregrina, el festival de bandas de gaitas, o las verbenas en la vega de la Portilla son tradiciones asociadas para siempre al San Roque llanisco. Una fiesta tan genuina como antigua, que hunde sus raíces en el siglo XIII, vinculada al Camino de Santiago de la Costa y a la Hospedería de peregrinos que tuvo la villa. Cuenta la tradición que las romerías en honor a San Roque constituían una forma de hospitalidad y agasajo del pueblo de Llanes a tantos y tantos peregrinos jacobeos que hacían su parada en la villa.

San Roque en Tineo, la fiesta más jacobea

Son las fiestas más importantes de Tineo y se celebran en el Campo de San Roque y en la villa, a mediados del mes de agosto.

Para buscar el origen de las fiestas de San Roque hay que remontarse a cuando fue fundada la Capilla en el Campo de San Roque en el siglo XIV y los peregrinos que iban camino a Santiago de Compostela homenajeaban al santo en su festividad.

En el siglo XIX, llegado el 16 de agosto, se reunían en torno a la ermita gentes con ganado, especialmente ovino y caprino, para vender o comprar y, alrededor de ellos, ocupaban sitio gentes de la villa que vendían patatas cocidas, avellanas, pan de escanda y otros productos de la tierra.

Hoy en día se continúa con aquella tradición de la comida en el campo, que la aparición de las «peñas» (en la última década del siglo XX) ha venido a incrementar notablemente. Las barricas de sidra y vino son ya un espectáculo habitual en el campo al lado de las cestas repletas de comidas típicas tinetenses: jamón, lomo, chosco y todo tipo de embutidos y productos cárnicos. Es y será el gran momento de la unión familiar y uno de los principales acontecimientos de la fiesta.

Fundamental sigue siendo, el Campeonato de Bolos de la modalidad Tineo que se sigue celebrando en la bolera del Campo de san Roque, y el Desfile de Carrozas, que tiene lugar el 18 de agosto, que es desde el siglo XX toda una tradición, junto con la elección de las Reina de las fiestas.

Estas fiestas son la cita anual de las familias y el retorno de los tinetenses ausentes.