Xana, mitología asturiana

Hola soy Jimena, la Xana de este año. Os quiero acercar a la figura de este ser mitológico que tenemos como referencia en Asturias. Se trata de leyendas muy arraigadas, en la Edad Media se designaba a las hechiceras con el nombre de Jana. Es la variante regional de un mito común en diversas mitologías europeas, en nuestra querida tierra, las Xanas.

Mitología asturiana

Son tipos de hadas que suelen habitar en zonas de aguas puras y cristalinas como las que podemos encontrar paseando cerca de fuentes, arroyos o lagos. De apariencia física humana, gozan de gran belleza y sólo se muestran al amanecer peinando sus largos cabellos junto al agua, hilando o haciendo la colada. Mientras esperan a que la ropa se seque se dedican a cantar y bailar, mostrando sus muchas riquezas y ajuares en la hierba.

Xana, diosa del amor asturiana

Bondadosas pero llenas de embrujo tan deseable y poderoso. Se muestran a quien las quiera contemplar, los aldeanos que tenían la suerte de escucharlas y fuesen puros de corazón, sanarían si estaban enfermos o gozarían de su ayuda, eso es una parte de sus encantamientos. También se ha contado que las Xanas en ocasiones cambian a los bebés de alguna madre del pueblo por uno de sus xaninos para que éste reciba el bautismo y sea amamantado por su madre adoptiva. Tomando así el carácter cristiano de las gentes asturianas.

La creencia es muy extendida por toda la región, encontrando por ejemplo El Pozu l’Encantu en Bustantigo, la Sienda de la Encantada y Peña la Encantadora en Cangas del Narcea, Desfiladero de la Xanas entre Quirós y Santo Adriano., y muchos más.

El tener Xana en un centro asturiano es el recuerdo, reconocimiento y creencia viva, actualizada de esa diosa protectora de la naturaleza, que acompaña a las gentes asturianas allá donde van.

Atentos en vuestro próximo viaje al Principado, porque a mí me pasó estando yo en una pequeña aldea de casas de piedra y madera con mazorcas colgadas secándose en los balcones. Entre bosques de aire puro y profundas vistas, frescura de la hierba recién segada, cencerros perdidos en la inmensidad, caminos frondosos de musgos, helechos y setas…. que encontré una que me llamó suavemente y desde entonces quedé hechizada en este vuestro Centro Asturiano de Sevilla.

Para terminar os dejo una leyenda de las gentes del lugar que espero os guste.

El dedo de la Xana

Una vez estaba una mujer, de la parroquia de Salas concejo de Colunga llendando las vacas en el prado Feltrón y de pronto, vió delante de sí un gran tendal de cadexos de plata.

– ¡Virgen de Loreto! Que cadexos más relucientes!- exclamó la mujer, y al mismo tiempo cogió uno y marchó con él para su casa.

Cerca del tendal estaba una Xana cogiendo ganancia y al ver que la mujer se llevaba un cadexu, corrió tras de ella y la alcanzó al llegar a una raya de la cual no podía pasar la Xana. Cogió a la mujer por un brazo y le preguntó:

– ¿Por qué me quitas esa prenda?

Y sin fijarse, pisó la raya con el dedo gordo. El cual se separó del pie y se convirtió en oro.

La Xana, llorando a lágrima viva, cogió su dedo del suelo y dijo a la mujer:

– Por causa tuya acabo de quedar coja, pero te perdono. ¿Tienes muchos hijos?

– Bastantes, gracias a Dios.

– ¡Pues toma! Te regalo mi dedín de oro para que con él compres una vaca de leche que te ayude a criar a tus hijos.